MOTIVACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA MISIÓN

MOTIVACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA MISIÓN

PARA MEMORIZAR:

“Estas son las palabras que les hablé cuando estaba aún con ustedes; que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos” (Luc. 24:44).

Pablo escribió a los filipenses: “Es verdad que algunos predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros lo hacen de buena voluntad. Estos lo anuncian por amor, sabiendo que estoy puesto para defensa del evangelio; otros anuncian a Cristo por rivalidad, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones. Pero ¿qué importa? Lo importante es que, por pretexto o por verdad, Cristo sea anunciado; y esto me alegra y me seguirá alegrando” (Fil. 1:15-18).

ESPÍRITU DE PROFECÍA

«No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová». Jeremías 9:23, 24 (Consejos sobre la mayordomía cristiana, pp. 353, 354).

A aquellos a quienes invitó así: «Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres» (Mateo 4:19), no ofreció ninguna suma definida como recompensa por sus servicios. Debían compartir su abnegación y sacrificio.

COMPARTIR LA BUENA NOTICIA

Lee Lucas 24:1 al 12. ¿Cuál fue la respuesta de los que oyeron hablar del Cristo resucitado?

El domingo de mañana temprano, después de la muerte de Jesús, Lucas dice que varias mujeres fueron al sepulcro. Llevaban especias; así que, se entiende que hayan ido a ocuparse del cuerpo de Jesús una vez que el sábado terminara. Esperaban encontrar una tumba todavía sellada, pero se sorprendieron al ver que estaba vacía.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

La primera obra que hizo Cristo en la tierra después de su resurrección consistió en convencer a sus discípulos de su no disminuido amor y tierna consideración por ellos. ¡Cuántos están haciendo todavía lo que hacían esos discípulos! ¡Cuántos repiten el desesperado clamor de María: «Han llevado al Señor… y no sabemos dónde le han puesto»! ¡A cuántos podrían dirigirse las palabras del Salvador: «¿Por qué lloras? ¿a quién buscas?» Está al lado de ellos, pero sus ojos cegados por las lágrimas no lo ven. Les habla, pero no lo entienden.

Deberíamos cultivar la bondad y la cortesía en nuestro trato con aquellos con quienes nos encontramos. Esforcémonos… siempre por presentar la verdad de una manera fácil. Esta verdad significa vida, vida eterna para aquel que la recibe.

UN FUNDAMENTO PROFÉTICO

Lee Lucas 24:36 al 49. ¿Qué ocurrió aquí y por qué fue una experiencia tan crucial para los apóstoles?

Es interesante que, al principio, los discípulos no creyeran por miedo. Luego, después de ver a Jesús y comprobar que realmente estaba vivo, no creyeron por gozo (Luc. 24:41).

“Estas son las palabras que les hablé cuando estaba aún con ustedes; que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos” (Luc. 24:44).

El evangelio era mucho más que alcanzar la soberanía política de Israel. Revelaba la victoria de Cristo sobre Satanás y garantizaba que, un día, toda la maldad del mundo sería destruida, que la Tierra sería creada de nuevo y que Dios estaría en medio de su pueblo. Él “les abrió el sentido” (Luc. 24:45) para que pudieran comprender estas verdades, que debían compartir con el mundo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cuarenta días permaneció Jesús con sus discípulos, alegrándoles el corazón al declararles más abiertamente las realidades del reino de Dios. Los comisionó para dar testimonio de cuanto habían visto y oído referente a su pasión, muerte y resurrección, así como de que él había hecho sacrificio por el pecado, para que cuantos quisieran pudieran acudir a él y encontrar vida.

Aquellos en cuyos corazones mora Jesús por la fe, han recibido realmente el Espíritu Santo. Cada individuo que recibe a Jesús como su Salvador personal, ciertamente recibe también el Espíritu Santo a fin de ser su consejero, su Santificador, su Guía y su Testigo.

El evangelio está adaptado para ser alimento espiritual, para satisfacer el apetito espiritual del hombre. En todos los casos, es precisamente lo que el hombre necesita (Sons and Daughters of God, p. 70; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 72).

LA ESPERANZA Y LA MISIÓN

Lee Hechos 1:12 al 26. ¿Qué hacían los discípulos, que ahora eran unos ciento veinte hombres y mujeres, mientras esperaban?

Jesús había dado una misión clara a los discípulos: debían ser testigos suyos ante el mundo. En primer lugar, Lucas dice que oraban y suplicaban unánimes, Lo segundo que hicieron mientras esperaban fue prepararse logísticamente para su misión.

Mientras esperamos el derramamiento del Espíritu Santo para que nos ayude a completar la gran misión de Dios, debemos unirnos para animarnos mutuamente (Heb. 10:24, 25) y orar por el Espíritu Santo de Dios.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Los anhelosos discípulos [de Cristo] escuchaban gozosamente las enseñanzas del Maestro, alimentándose, llenos de alegría, con cada palabra que fluía de sus santos labios. Sabían ahora con certeza que era el Salvador del mundo. También les prometió enviarles el Consolador, el Espíritu Santo, para guiarlos en toda verdad. «Y alzando sus manos, los bendijo» (Primeros escritos, p. 189).

Al permitir que nuestra comunión con Dios se interrumpa, perdemos nuestra defensa. Ni aun todos vuestros buenos propósitos e intenciones os capacitarán para resistir al mal. Tenéis que ser hombres y mujeres de oración. Aquellos que pertenecen a la familia de la fe nunca debieran dejar de reunirse, porque este es el medio que Dios ha designado para conducir a sus hijos a la unidad, a fin de que con amor y compañerismo cristiano se ayuden y fortalezcan y animen unos a otros.

USTEDES LO CRUCIFICARON, PENTECOSTÉS

Lee Hechos 2:1 al 41. ¿Qué les sucedió a los discípulos al recibir al Espíritu Santo en Pentecostés?

los discípulos comenzaron a hablar en otras lenguas “según el Espíritu les concedía que hablasen” (Hech. 2:4). Lo crucial aquí es que Dios capacitó a cada persona para beneficio de los no creyentes.

El derramamiento del Espíritu Santo dio lugar a que muchos se arrepintieran de haber rechazado al Mesías, pues seguramente algunos de ellos estaban en Jerusalén cuando él murió. Con todo, incluso ellos podían recibir el perdón. Pedro les dijo: “Arrepiéntanse, y sea bautizado cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados. Y recibirán el don del Espíritu Santo” (Hech. 2:38).

ESPÍRITU DE PROFECÍA

En el día de Pentecostés, el Infinito se manifestó con poder a la iglesia. Mediante su Espíritu Santo, descendió de las alturas de los cielos como un poderoso viento al aposento donde estaban reunidos los discípulos.

Los argumentos de los apóstoles por sí solos, aunque claros y convincentes, no habrían sido capaces de eliminar los prejuicios de los judíos que se habían opuesto a muchísima evidencia. Pero el Espíritu Santo introdujo esos argumentos con poder divino en sus corazones.

¡El fin está cerca! Dios invita a la iglesia a poner en orden las cosas pendientes. Colaboradores de Dios, estáis facultados por el Señor para llevar a otros al reino.

UN RETRATO DE LA IGLESIA PRIMITIVA

Lee Hechos 2:41 al 47. ¿Qué tipo de retrato de la iglesia primitiva se presenta aquí?

Hechos 2 termina con una hermosa imagen de cómo era la iglesia primitiva. Hechos 2:41 dice que los que fueron bautizados “se les unieron” a ellos, En tanto, una función central de la iglesia cristiana primitiva era el discipulado, de tres maneras: En primer lugar, se les seguía impartiendo la doctrina y la comunión de los apóstoles, La aplicación de la verdad a la vida personal se daba mediante el vínculo como parte del grupo. la participación en la vida diaria de los demás creyentes; todo, bajo la supervisión y el liderazgo de los apóstoles.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Después del derramamiento del Espíritu Santo, los discípulos salieron para proclamar al Salvador resucitado, poseídos del único deseo de salvar almas.

Los creyentes debían continuar cultivando el amor que llenaba el corazón de los apóstoles después del derramamiento del Espíritu Santo. Debían proseguir adelante y obedecer gustosos al nuevo mandamiento: «Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros». Juan 13:34.

El apóstol [Pablo] exhortó a sus hermanos a manifestar en su vida el poder de la verdad que les había presentado. Con mansedumbre y bondad, tolerancia y amor, debían manifestar el carácter de Cristo y las bendiciones de su salvación.

Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia primitiva, los hermanos se amaban unos a otros. «Comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos». Hechos 2:46, 47

Puede ser que los argumentos, por irrebatibles que sean, no provoquen más que oposición; pero un ejemplo piadoso entraña fuerza irresistible (Los hechos de los apóstoles, p. 407).

 

Entradas populares