MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: SEGUNDA PARTE

 

ESCUELA SABÁTICA

MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: SEGUNDA PARTE

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Reyes 11:1-6; Mateo 4:23-25; 15:22-28; Marcos 7:24-30; Hechos 10:34, 35; Mateo 8:10.

PARA MEMORIZAR:

“Entonces Jesús respondió: ‘Mujer, ¡grande es tu fe! Sea hecho como quieres’. Y su hija quedó sana desde esa hora” (Mat. 15:28).

Desde el principio, un Dios amoroso buscó a sus hijos perdidos (Gén. 3:9); y, hasta hoy, este mismo Dios amoroso sigue tratando de alcanzar a los perdidos (ver Apoc. 14:6-12), incluyendo a los perdidos de las ciudades.

Cuando estuvo sobre la Tierra, Jesús ministró no solo a los habitantes de las ciudades de Israel, sino también a los de regiones extranjeras; es decir, a los de fuera de la nación judía y del pueblo elegido.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

 La caída del hombre llenó todo el cielo de tristeza… Los ángeles suspendieron sus himnos de alabanza. Por todos los ámbitos de los atrios celestiales, había lamentos por la ruina que el pecado había causado.

Ninguno sino Cristo podía salvar al hombre de la maldición de la ley, y colocarlo otra vez en armonía con el Cielo. Cristo cargaría con la culpa y la vergüenza del pecado, que era algo tan abominable a los ojos de Dios que iba a separar al Padre y su Hijo. Cristo descendería a la profundidad de la desgracia para rescatar la raza caída (Patriarcas y profetas, p. 48).

Viven tan solo para Cristo y honran su nombre aquellos que son fieles a su Maestro, tratando de salvar lo que se había perdido. La piedad genuina se manifestará ciertamente mediante el anhelo profundo y la ferviente labor del Salvador crucificado para salvar a aquellos por quienes murió.

MISIÓN A REGIONES MÁS ALEJADAS

Lee Jueces 3:1 al 6; y 1 Reyes 5:1 al 12 y 11:1 al 6. ¿Cómo nos ayudan estos pasajes a comprender un poco el trasfondo de estas ciudades?

Leemos que Jesús partió con sus discípulos de Genesaret (Mat. 14:34) y “se retiró a la región de Tiro y Sidón” (Mat. 15:21). ¿Por qué los llevó desde Galilea hasta estos lugares paganos? Llevó a los discípulos en este viaje de estudio, a las fronteras de estas regiones extranjeras, para que pudieran aprender in situ lo que no podían aprender tan fácilmente en Galilea.

En Jueces 3:1 al 6, vemos que Dios utilizó a estos pueblos antiguos para poner a prueba la fe de los israelitas. Lamentablemente, el pueblo de Dios tampoco pasó esa prueba, al menos en este caso: “Y tomaron de sus hijas por esposas y dieron sus hijas a ellos, y sirvieron a sus dioses” (Juec. 3:6). Así, desde el principio, este pueblo fue un obstáculo para Israel.

El texto de 1 Reyes 11:1 al 6 revela hasta qué punto esa influencia llegó a ser negativa: el rey Salomón se casó con una princesa sidonia, que lo llevó por mal camino. “Salomón siguió a Astarot, diosa de los sidonios” (1 Rey. 11:5).

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cristo dijo: «Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo’» ‘(Juan 17: 18) … Cada alma que Cristo ha rescatado está llamada a trabajar en su nombre para la salvación de los perdidos

Todo el cielo está interesado en la obra de salvar a los perdidos. Los ángeles velan con sumo interés para ver quién dejará a las noventa y nueve y saldrá en la tempestad, la tormenta y la lluvia al árido desierto para buscar la oveja perdida. trata de desarrollar en nosotros los atributos de su carácter: la compasión, la ternura y el amor.

Aceptando esta obra de ministración, nos colocamos en su escuela, a fin de ser hechos idóneos para las cortes de Dios (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 320, 321).

EN BUSCA DE LAS MULTITUDES

Lee Mateo 9:35 al 38. ¿Qué nos enseña esto acerca de la misión a las multitudes, dondequiera que estén?

Jesús sintió compasión por las multitudes como las que se encuentran en las ciudades. Lucas 19:41 describe cómo lloró Jesús sobre Jerusalén.

Lee Mateo 4:23 al 25. Cuando Jesús comenzó su ministerio, ¿de qué lugares geográficos procedía la gente?

Este viaje a la región de Tiro y Sidón fue uno de los viajes misioneros transculturales de Jesús.

ESPÍRITU DE PROFECÍA.

Jesús subió a una montaña y allí la muchedumbre acudió a él trayendo a sus enfermos y cojos y poniéndolos a sus pies. Él los sanaba a todos; y la gente, pagana como era, glorificaba al Dios de Israel. Durante tres días este gentío continuó rodeando al Salvador, durmiendo de noche al aire libre y de día agolpándose ávidamente para oír las palabras de Cristo y ver sus obras.

Como pueblo no estamos suficientemente despiertos ante el corto tiempo en el cual nos toca trabajar, y no entendemos la magnitud de la obra para este tiempo. La noche pronto viene, en la cual nadie puede obrar.

Hay una posibilidad de que el creyente en Cristo obtenga una experiencia que será del todo suficiente para colocarlo en correcta relación con Dios. Cada promesa que está en el Libro de Dios nos hace resaltar el ánimo de que podemos ser participantes de la naturaleza divina.

EN TIRO Y SIDÓN

Lee Mateo 15:22 al 28 y Marcos 7:24 al 30. ¿Qué diferencias observas en la forma en que se describe a la mujer?

Observa que Mateo describe a esta madre en función de su nacionalidad o raza: cananea. El Espíritu Santo guio a Marcos a utilizar términos adicionales para describir a esta madre como “griega”, o “gentil”. Luego da información complementaria: “sirofenicia de nacimiento”, o “nacida en la región de Fenicia que está en Siria” (NTV), la única vez que se utiliza este término en la Biblia

“Cristo no respondió inmediatamente a la petición de la mujer. Recibió a esa representante de una raza despreciada como la habrían recibido los judíos. Con ello, quería que sus discípulos notasen la manera fría y despiadada con que los judíos tratarían un caso tal, evidenciado en su recepción de la mujer, y la manera compasiva con que quería que ellos tratasen una angustia tal, según lo manifestó en la subsiguiente concesión de lo pedido por ella” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 366).

ESPÍRITU DE PROFECÍA.

Los habitantes de esta región pertenecían a la antigua raza cananea. Eran idólatras, despreciados y odiados por los judíos. A esta clase pertenecía la mujer que ahora había venido a Jesús. Era pagana, y por lo tanto estaba excluida de las ventajas que los judíos disfrutaban diariamente.

Cristo conocía la situación de esta mujer. Él sabía que ella anhelaba verle, y se colocó en su camino. Ayudándola en su aflicción, él podía dar una representación viva de la lección que quería enseñar.

El muro de separación que el orgullo judío había erigido impedía hasta a los discípulos sentir simpatía por el mundo pagano. Pero las barreras debían ser derribadas (El Deseado de todas las gentes, pp. 365, 366). Durante su ministerio terrenal, Cristo empezó a derribar la pared divisoria levantada entre los judíos y gentiles, y a predicar la salvación a toda la humanidad.

 

 

“DESPÍDELA”

Lee Hechos 10:9 al 16, 28, 34 y 35. ¿Cómo resumirías esta lección que nos enseña el Espíritu Santo?

Mientras esperaba el almuerzo, Pedro tuvo una visión de un bufet en la azotea, con un mantel lleno de animales y aves inmundos. Tres veces se le indicó en esta visión que se levantara y comiera. Dios utilizó estas visiones para confrontar el orgullo religioso de Pedro y su intolerancia hacia los gentiles. Finalmente, Pedro comprendió esta verdad: “Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: ‘En verdad veo que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que es fiel y obra rectamente, de cualquier nación que sea’” (Hech. 10:34, 35).

Jesús tuvo paciencia para enseñar a sus discípulos, que aún no comprendían plenamente que el gran plan de salvación de Dios es para toda la familia humana, no solo para una nación o un grupo étnico determinado.

ESPÍRITU DE PROFECÍA.

Fue Cristo mismo quien puso en el corazón de aquella madre la persistencia que no pudo ser rechazada. Fue Cristo el que concedió valor y determinación ante el juez a la viuda suplicante.

En los niños allegados a él, veía el Salvador a hombres y mujeres que serían un día heredero de su gracia y súbditos de su reino, y algunos, mártires por su causa. Sabía que aquellos niños le escucharían y le aceptarían por Redentor con mejor voluntad que los adultos, muchos de los cuales eran sabios según el mundo, pero duros de corazón.

¿FE, EN LA TIERRA?

Lee Mateo 8:10 y 13; 9:2; 20:29 al 34; Marcos 2:5; 10:46 al 52; y Lucas 18:35 al 43. En estos pasajes, ¿a quiénes describe Jesús como gente de fe?

Esta lista incluye a personas con una fe que resplandecía incluso en ciudades oscuras. En Capernaum, Jesús destaca a varias personas de fe. En Mateo 8:10 y 13, vemos a un centurión pagano convertido y con mucha fe. Conocemos a cuatro amigos llenos de fe que quitaron el tejado para bajar a su amigo paralítico hasta Jesús (Mat. 9:2, Mar. 2:5). En Marcos 10, conocemos al exciego Bartimeo, cuya fe brilla en Jericó.

Una lección que podemos aplicar a la actualidad es que la fe se encuentra en lugares inesperados: en las ciudades, entre extranjeros, entre paganos y entre personas con religiones diferentes. Con humildad, debemos ir a las ciudades como lo hizo Jesús, buscando a aquellos que, cuando se les presente la verdad, responderán con una fe salvífica en Jesús. Y, por cierto, están allí afuera.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

 Así como los rayos del sol penetran hasta las partes más remotas del mundo, Dios quiere que el evangelio llegue a toda alma en la tierra.

De esta manera ha de cumplirse el propósito de Dios al llamar a su pueblo, desde Abraham en los llanos de Mesopotamia hasta nosotros en el siglo actual (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 38, 39).

Cristo renunció a todo para poder llevar la salvación a todo pueblo, nación y lengua. Tendió un puente sobre el abismo que había abierto el pecado, para que por sus méritos el hombre pudiera reconciliarse con Dios.

En Lucas 18:8, Jesús plantea esta pregunta al final de una de sus parábolas: “Cuando el Hijo del hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” Como discípulos actuales de Cristo, necesitamos vislumbrar lo que Jesús está buscando. En esta historia, podemos ver que Jesús busca la fe que brilla incluso en medio de la oscuridad.

 

Entradas populares