¡ESPERA EN EL SEÑOR!

 

ESCUELA SABÁTICA ¡ESPERA EN EL SEÑOR!

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Salmo 27:14; Romanos 8:18-25; Salmo 131; Mateo 18:3; Salmos 126; 92; Marcos 16:1-8; 2 Pedro 1:19.

PARA MEMORIZAR:

 “¡Espera en el Señor! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón! ¡Espera en el Señor!” (Sal. 27:14).

Esperar en el Señor no es una espera ociosa ni desesperada. Al contrario, esperar en el Señor es un acto lleno de confianza y fe; una confianza y una fe que se revelan en la acción. Esperar en el Señor transforma nuestras noches tenebrosas con la expectación de la mañana radiante (Sal. 30:5; 143:8). sino que se recompensará con creces, porque el Señor es fiel a todas sus promesas (Sal. 37:7-11, 18, 34; 71:1; 119:137, 138).

ESPÍRITU DE PROFECÍA

«Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón: sí, espera a Jehová». «Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová» Salmo 27: 14; Lamentaciones 3:26. Hay quienes trabajan todo el día y hasta tarde en la noche para hacer lo que les parece que debe ser hecho. El Señor mira con lástima a estos cansados portadores de cargas y les dice: «Venid a mí… y yo os haré descansar». Mateo 11:28 (Testimonios para la iglesia, t. 7, p. 231).

Aun en medio de los mayores engaños de los últimos días, cuando se están por realizar milagros engañosos a la vista de los hombres en apoyo de teorías satánicas, tenemos el privilegio de escondernos en Cristo Jesús.

EL LLAMADO A ESPERAR

Lee Salmos 27:14; 37:7, 9 y 34; 39:7; 40:1; 69:6; Gálatas 5:5; y Romanos 8:18 al 25. Estos pasajes, ¿qué imploran que haga el pueblo de Dios?

¿Qué ocurre, entonces, cuando esperamos en Dios? La noción de esperar en el Señor no solamente se encuentra en Salmos, abunda en toda la Biblia. La palabra clave es perseverancia. Esperar en el Señor es más que simplemente aguantar. Es un profundo anhelo de Dios que se compara con la sed intensa en tierra seca (Sal. 63:1).

No obstante, mientras esperamos la salvación definitiva y la reunión con Dios, aunque “todas las criaturas gimen a una, y a una sufren dolores como de parto” (Rom. 8:22), el Señor habita con su pueblo ahora, por medio del Espíritu Santo.

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Aguarden en Jehová; y lo repito: Aguarden en el Señor. Podemos pedir a los agentes humanos y no recibir. Podemos pedir a Dios y Él dice: «Recibirás». Descansen tan completamente como quieran sobre el Poderoso que ha dicho: «¿Forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo». Isaías 27:5.

El que en fe sencilla mantiene comunión con Dios, allegará para sí divinos rayos de luz para fortalecerlo y sostenerlo en el conflicto con Satanás. Después de hecha la oración, si no obtenemos inmediatamente la respuesta, no nos cansemos de esperar, ni nos volvamos inestables. No vacilemos. Aferrémonos a la promesa: «Fiel es el que os ha llamado; el cual también lo hará». 1 Tesalonicenses 5:24. (Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 119).

LA PAZ DE UN NIÑO DESTETADO

Lee Salmo 131. ¿Qué nos enseña este salmo acerca de nuestra relación con Dios?

En cambio, los justos elevan su vista a Dios (Sal. 123:1, 2). El reconocimiento de la grandeza de Dios los hace humildes y libres del egoísmo y la vana ambición. El salmista confiesa que no busca “grandezas” ni “cosas demasiado sublimes” (Sal. 131:1). Mientras tanto, la metáfora de Salmo 131:2, “como un niño destetado se aquieta en brazos de su madre”, es una poderosa imagen de alguien que encuentra la calma y que se tranquiliza ante el abrazo de Dios.

Al “destetarnos” de las ambiciones insustanciales y del orgullo, Dios nos presenta el alimento sólido, que consiste en “hacer la voluntad del que me envió y acabar su obra” (Juan 4:34; también Heb. 5:12-14). La confianza infantil descrita en Salmo 131 es una fe madura que ha sido probada por las dificultades de la vida y que ha descubierto que Dios es fiel a su Palabra.

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El Señor quiere que vosotros comprendáis la posición que ocupáis como hijos e hijas del Altísimo, hijos del Rey celestial (Sons and Daughters of God, p. 330; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 332). La germinación de la semilla representa el comienzo de la vida espiritual, y el desarrollo de la planta es una bella figura del crecimiento cristiano. Como en la naturaleza, así también en la gracia no puede haber vida sin crecimiento.

Dios acerca a los suyos a sí mismo mediante pruebas difíciles, mostrándoles su propia debilidad e incapacidad y enseñándoles a confiar en él como su única ayuda y salvaguardia. Dios prueba a los hombres a la derecha y a la izquierda, y así los educa, prepara y disciplina. Jesús, nuestro Redentor, representante y cabeza del hombre, soportó este proceso de prueba. (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 89)

TRAYENDO SUS GAVILLAS

Lee Salmo 126. ¿Qué le da fuerza y esperanza al pueblo de Dios? ¿Qué se dice aquí, en este contexto, que podamos aplicar a nuestra vida hoy?

La liberación del pasado fue tan grande que podría describirse como un sueño hecho realidad (Isa. 29:7, 8). Observa que la generación que alaba al Señor en Salmo 126 por la liberación del cautiverio de su pueblo en el pasado (Sal. 126:1) está actualmente en cautiverio (Sal. 126:4).

De hecho, el recuerdo del pasado estimula una esperanza renovada para el presente. La imagen de “los arroyos del desierto” (Sal. 126:4) es una poderosa metáfora de la acción repentina y poderosa de Dios en favor de su pueblo. Del mismo modo, la imagen de sembrar con lágrimas y cosechar con regocijo (Sal. 126:5, 6) es una poderosa promesa de la conducción divina desde un presente difícil hacia un futuro feliz.

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Jesús, el gran Maestro y Modelo, no tenía dónde reclinar la cabeza. Su vida fue una existencia de trabajo, tristeza y sufrimiento; y luego se dio a sí mismo por nosotros. «Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas». Salmo 126:5, 6 (Primeros escritos, pp. 63, 64).

En Dios debemos confiar… Dios tiene al mundo en su mano. Tenemos a Dios de nuestro lado. Todo el cielo espera y anhela nuestra colaboración. El Señor es supremo. ¿Por qué temeremos? El Señor es todopoderoso. ¿Por qué temblaremos? En el pasado, Dios ha librado a su pueblo, y él será nuestro ayudador si nos levantamos en su fortaleza y avanzamos con decisión (A fin de conocerle, p. 344).

ESPERAR EN EL DESCANSO SABÁTICO DE DIOS

Lee Salmo 92. ¿Qué dos aspectos del sábado se destacan en este canto acerca del día de reposo?

La alabanza a Dios por las grandes obras de sus manos (Sal. 92:4, 5) y la descripción edénica de los justos (Sal. 92:12-14) señalan claramente a la Creación, el primer aspecto que conmemora el sábado. la segunda faceta del sábado: la redención del mal (Deut. 5:12-15). De esta manera, Salmo 92 ensalza a Dios por su Creación en el pasado y por sostener el mundo en la actualidad, y apunta a la esperanza final de la paz y el orden divinos por toda la eternidad.

El “aceite fresco” transmite la idea de la renovada devoción del salmista por servir a Dios como su siervo reconsagrado (Sal. 92:10). La unción con aceite se hacía para consagrar a personas elegidas como sacerdotes y reyes (Éxo. 40:15; 1 Sam. 10:1). El uso exclusivo del balal por parte del salmista implica que este desea presentarse a sí mismo como sacrificio vivo ante el Señor y consagrar todo su ser a Dios (Rom. 12:1).

El sábado es la señal del Pacto eterno del Señor con su pueblo (Eze. 20:20). Por lo tanto, el descanso sabático es esencial para el pueblo de Dios, porque lo capacita para esperar confiadamente en que el Señor cumplirá todas las promesas de su Pacto (Heb. 4:1-10).

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Puesto que el sábado es una institución recordativa del poder creador es, entre todos los días, aquel en que deberíamos familiarizarnos especialmente con Dios por medio de sus obras. La obra del cielo no cesa nunca, y los hombres no debieran nunca descansar de hacer bien. El sábado no está destinado a ser un período de inactividad inútil.

San Pablo rogaba por los tesalonicenses, que su «ser entero, espíritu y alma y cuerpo» fuese «guardado y presentado irreprensible en el advenimiento de nuestro Señor Jesucristo» 1 Tesalonicenses 5:23 (VM). Y vuelve a escribir a los creyentes: «Os ruego pues, hermanos, por las compasiones de Dios, que le presentéis vuestros cuerpos, como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios». Romanos 12:1 (VM).

Cristo dijo: «Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón». Los que aman a Dios de todo corazón desearán darle el mejor servicio de su vida y tratarán siempre de poner todas las facultades de su ser en armonía con las leyes que aumentarán su aptitud para hacer su voluntad (El conflicto de los siglos, p. 466).

LA ALEGRÍA LLEGA POR LA MAÑANA

Lee Salmos 5:3; 30:5; 49:14; 59:16; 92:2; 119:147; 2 Pedro 1:19; y Apocalipsis 22:16. ¿Qué momento del día se describe simbólicamente como el momento de la redención divina, y por qué?

En los salmos, la mañana es generalmente el momento en que se anhela la redención de Dios. La mañana revela el favor de Dios, que pone fin a la larga noche de desesperación y angustia (Sal. 130:5, 6). En Salmo 143, la liberación de Dios invertirá la oscuridad presente de la muerte (Sal. 143:3) en la luz de una nueva mañana (Sal. 143:8); y el estar en la fosa (Sal. 143:7), en residir en la “tierra de rectitud” (Sal. 143:10).

Lee Marcos 16:1 al 8. ¿Qué sucedió en la mañana de la que se habla aquí, y por qué es tan importante para nosotros?

La mañana de la resurrección de Jesucristo abrió las puertas a la mañana eterna de la salvación de Dios para todos los que creen en su nombre. Como la estrella de la mañana anuncia el nacimiento de un nuevo día, así la fe anuncia la nueva realidad de la vida eterna en los hijos de Dios (2 Ped. 1:19). A Jesús se lo llama la estrella resplandeciente de la mañana (Apoc. 22:16), a quien esperamos ansiosamente para que establezca su Reino, en el que ya no habrá noche, maldad ni muerte (Apoc. 21:1-8, 25).

Solo el que es uno con Dios podía decir: ‘Tengo poder para poner mi vida, y tengo poder para tomarla de nuevo’. En su divinidad, Cristo poseía el poder para romper las ligaduras de la muerte” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 729).

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Es la ausencia de Cristo en el alma la que hace que la gente se entristezca y albergue dudas en su mente. Es la carencia de Cristo lo que entristece el rostro y hace de la vida un peregrinaje de suspiros. La alegría es la clave de la Palabra de Dios para todos los que la reciben. El sendero de la transgresión lleva a la miseria y a la perdición; pero los caminos de la sabiduría «son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz». Proverbios 3: 17 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 650).

El Señor dice: … «Una noche podrá durar el lloro, más a la mañana vendrá la alegría». Salmo 30:5 (VM). Jesús les llevara hasta cerca de Betania y, levantando sus manos para bendecirlos, les dijera: «Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura», y agregara: «He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Marcos 16: 15; Mateo 28:20).

San Pablo, nuestra «ligera aflicción que no dura sino por un momento», no es «digna de ser comparada» (El conflicto de los siglos, pp. 349, 350).

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