DE ADENTRO HACIA AFUERA

 

DE ADENTRO HACIA AFUERA

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Marcos 7; Isaías 29:13; Éxodo 20:12; Marcos 8:1-21.

PARA MEMORIZAR:

“Nada exterior al hombre puede entrar en él y contaminarlo. Más bien lo que sale del hombre es lo que lo contamina” (Mar. 7:15).

Marcos 7 registra otra curación realizada por Jesús y así revela la importante verdad de que, independientemente de cuán impresionantes puedan ser los milagros, a menudo no alcanzan para que los corazones se abran a la verdad. Después de todo, ¿qué bien hicieron los milagros a los líderes religiosos que estaban empeñados en rechazar a Jesús?

En Marcos 8, nuestro estudio se enfoca en el significado del pan como símbolo de enseñanzas y tradiciones. Estas historias contienen grandes lecciones acerca del significado y la práctica de la vida religiosa.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El vio que en estos servicios sin fu no hallaban paz. No conocían la libertad de espíritu que obtendrían sirviendo a Dios en verdad. Jesús había venido para enseñar el significado del culto a Dios, y no podía sancionar la mezcla de los requerimientos humanos con los preceptos divinos (El Deseado de todas las gentes, p. 64).

El contestó: «Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada». Las costumbres y tradiciones tan altamente apreciadas por los rabinos eran de este mundo, no del cielo. Por grande que fuese su autoridad sobre la gente, no podían soportar la prueba de Dios. Cada invención humana que haya sustituido los mandamientos de Dios, resultará inútil (El Deseado de todas las gentes, p. 363).

TRADICIONES HUMANAS VERSUS MANDAMIENTOS DE DIOS

Lee Marcos 7:1 al 13. ¿Qué verdades relevantes son presentadas aquí?

Jesús no contesta directamente la pregunta que le hacen. En lugar de ello, defiende a sus discípulos mediante una respuesta compuesta de dos partes. Primero, cita las palabras de fuerte reprensión dirigidas por Isaías a la nación que honraba a Dios de labios, pero cuyo corazón estaba lejos de él (Isa. 29:13). La cita de Isaías es seguida por la condenación de las tradiciones humanas que ocupan el lugar de los mandamientos divinos.

En la segunda parte de la respuesta, Jesús menciona el mandamiento de Dios que ordena honrar a los progenitores (Éxo. 20:12); es decir, cuidar de ellos cuando son ancianos, y contrasta esto con una tradición religiosa de acuerdo con la cual uno podía dar algo a Dios (una ofrenda, corbán), y seguir usándolo para uno mismo, pero denegar su uso para sus padres ancianos necesitados. Uno puede apenas imaginar la situación: “Lo siento, padre, me encantaría ayudarte, pero ya doné el dinero al Templo”.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Las reglas acerca de la purificación eran innumerables. Y la vida entera no habría bastado para aprenderlas todas. La vida de los que trataban de observar los requerimientos rabínicos era una larga lucha contra la contaminación ceremonial, un sin fin de lavacros y purificaciones.

Cristo y sus discípulos no observaban estos lavamientos ceremoniales y los espías hicieron de esta negligencia la base de su acusación. No hicieron, sin embargo, un ataque directo contra Cristo, sino que vinieron a él con una crítica referente a sus discípulos. En presencia de la muchedumbre, dijeron: «¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los ancianos’? porque no se lavan las manos cuando comen pan» (El Deseado de todas las gentes, pp. 360, 361 ).

Los diputados de Jerusalén se quedaron llenos de ira. No pudieron acusar a Cristo como violador de la ley dada en el Sinaí, porque hablaba como quien la defendía contra sus tradiciones. Todos aquellos que aceptan la autoridad humana, las costumbres de la iglesia, o las tradiciones de los padres, presten atención a la amonestación que encierran las palabras de Cristo: «En vano me honran, enseñando doctrinas y mandamientos de hombres» (El Deseado de todas las gentes, p. 364).

¿MANOS LIMPIAS O CORAZÓN LIMPIO?

Lee Marcos 7:14 al 19. ¿Qué quiso decir Jesús con su aseveración en el versículo 15?

Para empezar, sería extraño que Jesús descartara súbitamente, en Marcos 7:14 al 19, las instrucciones mosaicas, dado que acababa de defender a Moisés contra la tradición en Marcos 7:6 al 13. En segundo lugar, la tradición que los fariseos estaban promoviendo no se fundamenta, a diferencia de las leyes alimentarias, en la enseñanza del Antiguo Testamento. Tercero, cuando Jesús declara puros todos los alimentos, en Marcos 7:19, no quiere decir que las leyes alimentarias están abolidas, sino que no era válida la tradición acerca del toque ritual o ceremonialmente contaminante que sostenían los fariseos.

Lee Marcos 7:20 al 23. ¿Qué contamina a una persona, según Jesús?

En Marcos 7:10 se incluye la referencia al quinto Mandamiento dentro de la lista de faltas mencionadas y, así, la segunda tabla del Decálogo queda completa. Más aún, en Marcos 7:7 Jesús se refiere al culto vano o adoración falsa, lo cual tiene que ver con el corazón mismo de los primeros cuatro mandamientos del Decálogo. De esa manera, Jesús se erige como un defensor de la Ley de Dios a lo largo de este pasaje.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El Señor permite las pruebas a fin de que seamos limpiados de la mundanalidad, el egoísmo y los rasgos de carácter duros y anticristianos. El permite que las profundas aguas de la aflicción cubran nuestra alma para que lo conozcamos, y a Jesucristo a quien ha enviado, con el objeto de hacer brotar en nuestro corazón anhelos profundos de ser purificados de la contaminación, y que salgamos de la prueba más puros, más santos, más felices.

No hay peligro de que el Señor descuide las oraciones de sus hijos. El peligro es que, en la tentación y la prueba, se descorazonen, y dejen de perseverar en oración (Palabras de vida del gran Maestro, p. 138).

Gozo, paz, paciencia, bondad, fe y amor fraternal son los elementos del carácter cristiano. Estas preciosas gracias son el fruto del Espíritu, y la corona y el escudo del cristiano. Si estas gracias reinan en el hogar, los hijos son «como plantas crecidas en su juventud», y las hijas «como esquinas labradas como las de un palacio».(Reflejemos a Jesús, p. 162).

Los sacerdotes y los gobernantes, los escribas y los fariseos, destruyeron los pastos vivos y profanaron las fuentes del agua de la vida. Con sus falsos preceptos confundieron el entendimiento y empañaron lo que era claro. Falsificaron a Dios con su dureza de corazón, con su impureza, orgullo y egoísmo (Sabbath-School Worker, December 1, 1894, par. 4).

MIGAJAS PARA LOS PERROS

Lee Marcos 7:24 al 30. ¿Qué importantes lecciones contiene esta historia?

En su respuesta a Jesús, la mujer demuestra que captó los dos marcadores discursivos usados por él, lo que ayuda a entender la reacción de ella. Su respuesta es bastante directa y contundente. Ella contesta: “Sí, Señor. Pero aun los perrillos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos” (Mar. 7:28). ¿Cómo se le ocurrió esa respuesta? Ciertamente, el amor hacia su hija la impulsó a avanzar. Pero él también la animó. Dijo “primero”, dando por sentado que había un “segundo”. Además, él sugirió que ella era comparable a una mascota perteneciente a la familia, como los perros que estaban bajo la mesa de sus dueños. Así como el perro doméstico estaba en la casa bajo la mesa, ella estaba a los pies de Jesús rogando por su hija. En vista de eso, ella reclamó el derecho de un perro de familia a la comida que caía al suelo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

En este caso, Cristo se encuentra con un miembro de una raza infortunada y despreciada, que no había sido favorecida por la luz de la Palabra de Dios; y sin embargo esa persona se entrega en seguida a la divina influencia de Cristo y tiene fe implícita en su capacidad de concederle el favor pedido. Ruega que se le den las migajas que caen de la mesa del Maestro. Si puede tener el privilegio de un perro, está dispuesta a ser considerada como tal. No tiene prejuicio nacional ni religioso, ni orgullo alguno que influya en su conducta, y reconoce inmediatamente a Jesús como el Redentor y como capaz de hacer todo lo que ella le pide (El Deseado de todas las gentes, p. 367).

CON LA LENGUA TRABADA

Lee Marcos 7:31 al 37. ¿Quién fue traído ante Jesús y qué hizo Jesús por él?

El texto no indica quién fue exactamente la persona que trajo al hombre ante Jesús, pero el problema de este era suficientemente evidente: no podía oír y tenía dificultades para hablar. La pérdida de la audición aísla a las personas de su entorno, mientras que la sordera profunda puede hacer que resulte desafiante para una persona aprender a hablar. El problema de este hombre pudo haber sido de larga data.

Pone sus dedos en los oídos del hombre, escupe, toca la lengua del afectado y suspira o gime profundamente. Jesús toca las partes afectadas que sanará en el hombre, pero ¿por qué el suspiro o el gemido? “Suspiró al pensar en los oídos que no querían abrirse a la verdad y las lenguas que se negaban a reconocer al Redentor” (DTG 371).

 

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Los siervos de Cristo deben testificar por su Jefe con el poder del Espíritu Santo. La misericordiosa invitación, hecha primero por el Salvador, debe ser repetida por voces humanas, y resonar en todo el mundo: «Y el que quiere, tome del agua de la vida de balde». Apocalipsis 22:17. La iglesia debe decir: «Ven». Todas las energías de la iglesia deben ser movilizadas al servicio de Cristo. Los discípulos de Jesús deben unirse con el fin de realizar un esfuerzo enérgico para llamar la atención del mundo hacia las profecías de la Palabra de Dios, que se están cumpliendo rápidamente. (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 43).

Aquel cuya palabra es verdad promete ayuda y gracia suficientes para toda circunstancia. Sus brazos eternos rodean al alma que se vuelve a él en busca de ayuda. Podemos reposar confiadamente en su solicitud, diciendo: «En el día que temo, yo en ti confío». Salmo 56:3. Dios cumplirá su promesa con todo aquel que deposite su confianza en él.

CUIDADO CON EL PAN EN MAL ESTADO

Lee Marcos 8:11 al 13. ¿Qué postura de los fariseos desilusionó profundamente a Jesús?

Si una persona decide no oír ni ver, ni siquiera una señal del Cielo la convencerá, ya que esta sería simplemente desestimada como todo lo anterior. Aun los milagros no son suficientes para convencer a quienes están decididos a no creer.

Lee Marcos 8:14 al 21. ¿Qué habían olvidado los discípulos y qué observación hizo Jesús a partir de ello?

En Marcos 8:19 y 20, formula preguntas simples acerca de cuántas canastas de fragmentos habían recogido después de que él alimentó a los cinco mil (Mar. 6:30-44) y también a los cuatro mil (Mar. 8:1-10), con lo que pretende ilustrar que ya deberían haber comprendido que los recursos limitados no son una barrera para el Mesías. Su pregunta final en Marcos 8:21 es nuevamente retórica: ¿Cómo aún no entienden?”

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Jesús, «gimiendo en su espíritu», y apartándose del grupo de caviladores, volvió al barco con sus discípulos. En silencio pesaroso, cruzaron de nuevo el lago. No regresaron, sin embargo, al lugar que habían dejado, sino que se dirigieron hacia Betsaida, cerca de donde habían sido alimentados los cinco mil. Al llegar a la orilla más alejada, Jesús dijo: «Mirad, y guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos».

La levadura puesta en la harina obra imperceptiblemente y cambia toda la masa de modo que comparta su propia naturaleza. Así también, si se la tolera en el corazón, la hipocresía impregna el carácter y la vida… Los escribas y fariseos insinuaban principios engañosos. Estos falsos principios, una vez aceptados, obraban como la levadura en la harina, impregnando y transformando el carácter. Esta enseñanza engañosa era lo que hacía tan difícil para la gente recibir las palabras de Cristo (El Deseado de todas las gentes, pp. 375, 376).

PREGUNTA PARA DIALOGAR

¿Cómo podemos protegernos diligentemente del deseo innato que todos tenemos, como criaturas caídas, de exaltarnos a nosotros mismos?

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