PARÁBOLAS

 

PARÁBOLAS

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Marcos 4:1-34; Santiago 1:21; Isaías 6:1-13; Salmos 104:12; Daniel 4:10-12.

PARA MEMORIZAR:

“Dijo también: ‘Miren lo que oyen. Con la medida con que miden los medirán otros, y aun les será añadido. Al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado’ ” (Mar. 4:24, 25).

LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

Lee Marcos 4:1 al 9. ¿Cómo son los diferentes tipos de suelo y qué ocurre con la semilla que cae en ellos?

La semilla que cae en el camino es devorada inmediatamente por las aves. “Al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y las aves del cielo la comieron” (Mar. 4:4).

La semilla que cae en los pedregales demora algunos días o semanas en alcanzar su fallido resultado, que incluye el secamiento a causa del Sol.

La semilla que cae entre espinos demora aún más en alcanzar su infructífero final, y estos la terminan ahogando.

La semilla que cae en el buen suelo es la que tiene el desarrollo más prolongado, presumiblemente toda una estación de crecimiento, en armonía con el patrón normal de un cereal.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El evangelio de Cristo era un tropezadero para ellos porque demandaban señales en vez de un Salvador. Esperaban que el Mesías probase sus aseveraciones por poderosos actos de conquista, para establecer su imperio sobre las ruinas de los imperios terrenales. Cristo contestó a esta expectativa con la parábola del sembrador. No por la fuerza de las armas, no por violentas interposiciones había de prevalecer el reino de Dios, sino por la implantación de un nuevo principio en el corazón de los hombres (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 17, 18)

LA INTERPRETACIÓN DE JESÚS

Lee Marcos 4:13 al 20. ¿Cómo interpreta Jesús la parábola del sembrador?

Jesús identifica a la semilla con “la palabra”. Esta se referiría a la palabra de Dios, particularmente a la predicada por Jesús. Santiago 1:21 declara: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y maldad, reciban con mansedumbre la palabra implantada, la cual los puede salvar”.

Los diferentes suelos son distintos tipos de oyentes. De acuerdo con la interpretación de Jesús, todos escuchan la Palabra; es decir, la semilla ha sido sembrada en todos los tipos de suelo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

El Espíritu de Dios está siempre tratando de romper el hechizo de la infatuación que mantiene a los hombres absortos en las cosas mundanas, y de despertar el deseo de poseer el tesoro imperecedero. Es resistiendo al Espíritu como los hombres llegan a desatender y descuidar la palabra de Dios. Ellos mismos son responsables de la dureza de corazón que impide que la buena simiente eche raíces, y de los malos crecimientos que detienen su desarrollo.

Debe cultivarse el jardín del corazón. Debe abrirse el terreno por medio de un profundo arrepentimiento del pecado. Deben desarraigarse las satánicas plantas venenosas. Una vez que el terreno ha estado cubierto por las espinas, solo se lo puede utilizar después de un trabajo diligente. Así también, solo se pueden vencer las malas tendencias del corazón humano por medio de esfuerzos fervientes en el nombre de Jesús y con su poder… Dios desea hacer en favor nuestro esta obra, y nos pide que cooperemos con él (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 36, 37).

LA RAZÓN DE SER DE LAS PARÁBOLAS

Lee Marcos 4:10 al 12. ¿Por qué enseñaba Jesús por medio de parábolas?

En Marcos 3:5 y 6, Jesús se entristece por la dureza de corazón de los dirigentes religiosos. En Marcos 3:22 al 30, toma seriamente los argumentos de los escribas y explica detalladamente por qué están equivocados. En Marcos 12:1 al 12, los dirigentes religiosos entienden que la parábola de Jesús acerca de los labradores se refiere a ellos. Esta es, en verdad, una advertencia acerca del complot de ellos contra él y de las terribles consecuencias resultantes.

Lee Isaías 6: 1 al 13. ¿Qué le ocurre aquí a Isaías y cuál es el mensaje que se le comunica para Israel?

En Isaías 6, el mensaje pretende despertar al pueblo a fin de que abandone sus malos caminos. En Marcos, la clave para entender las palabras de Jesús se encuentra en Marcos 3:35: para entender las palabras y las enseñanzas de Jesús, uno debe hacer la voluntad de Dios. Eso es lo que convierte a alguien en parte de la familia de Jesús. Quienes ya han decidido que él está poseído por el diablo no escucharán.

 

El punto de la cita que Jesús hace de Isaías 6:9 y 10 no es que Dios mantiene alejadas a las personas, sino que las propias ideas preconcebidas de estas y su dureza de corazón les impiden aceptar la verdad salvadora.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Cristo dio a entender a sus discípulos que predicaba por medio de parábolas y escondía las grandes verdades que presentaba mediante expresiones figuradas, para que las personas que no tenían la verdad ni la amaban, aquellos cuyos corazones habían sido desviados por sus propios caracteres y su inclinación a la complacencia propia, no pudieran conocer sus doctrinas…

 

Nuestro Señor calificó a los oidores infructuosos como escépticos, superficiales o secularizados. Los tales no pueden percibir la gloria moral de la verdad, o su aplicación práctica y personal a sus propios corazones. Carecen de la fe que vence al mundo, y en consecuencia el mundo los vence a ellos (Cada día con Dios, p. 359).

Pero mientras eludía a los espías, hacía la verdad tan clara que el error era puesto de manifiesto, y los hombres de corazón sincero aprovechaban sus lecciones. La sabiduría divina, la gracia infinita, eran aclaradas por los objetos de la creación de Dios. Por medio de la naturaleza y los incidentes de la vida, los hombres eran enseñados acerca de Dios. «Las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas». Romanos 1:20.

LA LÁMPARA Y LA CESTA

Lee Marcos 4:21 al 23. ¿Cuál es el énfasis especial de Jesús en la parábola de la lámpara?

Jesús hace dos preguntas en Marcos 4:21. La primera espera una respuesta negativa: “Y les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la cama?” (LBLA). La segunda pregunta espera una respuesta afirmativa: “¿No es para ponerla en el candelero?” Jesús presenta un escenario absurdo, casi jocoso, para dejar claro su punto. Las lámparas existen para dar luz; de lo contrario, pierden su razón de ser. Marcos 4:22 explica la parábola haciendo referencia a los secretos que toman estado público.

Lee Marcos 4:24 y 25. ¿Qué lección está Jesús enseñando con la parábola del almud o cesta para medir cereales?

Jesús se vale de cuán bien tratan los vendedores a sus clientes para argumentar acerca de la disposición a recibir la verdad. Si alguien es receptivo y acepta la luz, obtendrá aún más; pero si la rechaza, perderá incluso lo que tenía antes.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

En la luz radiante de la mañana se destacaban claramente las aldeas y los pueblos en los cerros circundantes, y eran detalles atractivos de la escena. Señalándolos, Jesús dijo: «Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder». Luego añadió: «Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa». La mayoría de los oyentes de Cristo eran campesinos o pescadores, en cuyas humildes moradas había un solo cuarto, en el que una sola lámpara, desde su sitio, alumbraba a toda la casa. «Así —dijo Jesús— alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 35, 36).

Ganar almas debiera constituir la obra de la vida de todo aquel que profesa seguir a Cristo. Somos deudores ante el mundo por la gracia que Dios nos ha dado, por la luz que ha brillado sobre nosotros, y por la belleza y el poder que hemos descubierto en la verdad (Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 55, 56).

LA PARÁBOLA DEL CRECIMIENTO DE LA SEMILLA

 

Lee Marcos 4:26 al 29. ¿Cuál es el foco primario de esta parábola?

El foco temático de esta breve parábola es el proceso de crecimiento. Jesús indica que así es como funciona el Reino de Dios. Los humanos tienen una parte en el proceso, pero el crecimiento real es obra de Dios.

Lee Marcos 4:30 al 32. ¿Cuál es el énfasis importante en la parábola de la semilla de mostaza?

Jesús destaca el hecho de que aun los pájaros anidan en sus ramas. Esta última referencia alude a Salmos 104:12 y a Daniel 4:10 al 12. El Salmo 104 se refiere al poder de Dios cuando creó el mundo, y Daniel 4 representa a Nabucodonosor como un gran árbol debajo del cual todos encuentran sombra y alimento.

 

El punto que Jesús destaca es que el Reino de Dios, que fue muy pequeño al comienzo, llegará a ser grande e impresionante. En los días de Jesús, la gente pudo haber mirado con desprecio al predicador galileo itinerante, cubierto de polvo y con su pequeño grupo de discípulos, pero el tiempo ha mostrado que su reino de gracia sigue expandiéndose por todo el mundo.

ESPÍRITU DE PROFECÍA

Una de las parábolas más hermosas e impresionantes de Cristo es la del sembrador y la semilla. «Así es el reino de Dios —dijo él como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga». Marcos 4:26-28… El que dio esta parábola era el mismo que había creado la diminuta simiente, le había dado sus propiedades vitales, y ordenado las leyes que debían gobernar su crecimiento; e hizo de ella una ilustración viva de la verdad tanto en el mundo natural como en el espiritual (Consejos para los maestros, p. 132).

El gobierno del reino de Cristo no se parece a ningún gobierno terrenal. Es un modelo de los caracteres de quienes componen el reino. «¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?», En su tribunal preside un amor santo, y cuyos oficios y obligaciones reciben la gracia por el ejercicio de la caridad. Dios ordena a sus siervos que practiquen la piedad y la benevolencia -los mismos atributos de Dios en el desempeño de sus funciones, y que encuentren su alegría y satisfacción en reflejar el amor y la tierna compasión de la naturaleza divina con todos los que se relacionan (Comentarios de Elena G. de White en Comentarios bíblicos adventistas, t. 5, p. 1111).

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